He estado casi tres años tomando Esertia, empecé con dosis mínima y fui subiendo, al principio lo toleré muy mal, casi me arrepentía de haber empezado, lo cierto es que cuando inicié el tratamiento mi estado físico y mi estado anímico eran lamentables, gracias a que enfermé fisicamente afloró mi mal estado psíquico, creemos que podemos con todo, que estas cosas sólo le pasan a las personas "débiles", pero un día nuestro cerebro dice: hasta aquí hemos llegado y se desmonta todo el tinglado.
Es cierto que he engordado, pero no demasiado y no sólo lo atribuyo a Esertia, también es cierto que como más y que disfruto más de la comida. Por otra parte, si que me he dado cuenta que me cuesta mucho llorar, como que todo lo racionalizo más, pero me imagino que la madurez también conduce a una mayor racionalización de los problemas, vamos, que me importa poco si es o no es por la pastilla.
Hace más de seis meses que mi médico empezó a bajarme la dosis, siempre dividiendo por la mitad, el último mes la mínima dosis, a días alternos, llevo una semana sin tomar nada, no tengo síntomas de ningún tipo, no la echo de menos, ahora estoy segura de no necesitarla, me siento bien. Y también estoy segura de algo, que si vuelvo a necesitarla, la volveré a tomar, todo menos volver a enfermar. Eliminemos tabúes, la mente enferma igual que el cuerpo, los dos van al unísono, nadie es más que nadie, los antidepresivos son para cuando se necesitan o ¿es que alguien se toma Paracetamol si no tiene ningún dolor? Lo más importante, un buen médico que le de la justa importancia al problema y que sepa dirigirnos en la toma de la medicación, a eso le sumamos las ganas nuestras por querer salir del hoyo..... y se sale, ya lo creo que se sale. Ánimo.
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He estado casi tres años tomando Esertia, empecé con dosis mínima y fui subiendo, al principio lo toleré muy mal, casi me arrepentía de haber empezado, lo cierto es que cuando inicié el tratamiento mi estado físico y mi estado anímico eran lamentables, gracias a que enfermé fisicamente afloró mi mal estado psíquico, creemos que podemos con todo, que estas cosas sólo le pasan a las personas "débiles", pero un día nuestro cerebro dice: hasta aquí hemos llegado y se desmonta todo el tinglado.
Es cierto que he engordado, pero no demasiado y no sólo lo atribuyo a Esertia, también es cierto que como más y que disfruto más de la comida. Por otra parte, si que me he dado cuenta que me cuesta mucho llorar, como que todo lo racionalizo más, pero me imagino que la madurez también conduce a una mayor racionalización de los problemas, vamos, que me importa poco si es o no es por la pastilla.
Hace más de seis meses que mi médico empezó a bajarme la dosis, siempre dividiendo por la mitad, el último mes la mínima dosis, a días alternos, llevo una semana sin tomar nada, no tengo síntomas de ningún tipo, no la echo de menos, ahora estoy segura de no necesitarla, me siento bien. Y también estoy segura de algo, que si vuelvo a necesitarla, la volveré a tomar, todo menos volver a enfermar. Eliminemos tabúes, la mente enferma igual que el cuerpo, los dos van al unísono, nadie es más que nadie, los antidepresivos son para cuando se necesitan o ¿es que alguien se toma Paracetamol si no tiene ningún dolor? Lo más importante, un buen médico que le de la justa importancia al problema y que sepa dirigirnos en la toma de la medicación, a eso le sumamos las ganas nuestras por querer salir del hoyo..... y se sale, ya lo creo que se sale. Ánimo.