Hola. Yo llevo siete meses tomando medio lorazepam todas las noches y mi vida sólo ha mejorado. Todo empezó con un ataque de ansiedad a finales de abril. Mi mayor miedo es vomitar desde el ataque. Después de esa desagradable experiencia, tuve que dejar de ir al instituto (tenía 15 años, ahora 16), ya que la simple idea de tener que estar en una habitación encerrada con casi 40 personas durante 8 horas, me aterraba. "Qué pasaría si tuviese ganas de vomitar, o si necesitase hacerlo" pensaba continuamente. El pánico me entró cuando un compañero que se sentaba a mi lado, salió corriendo al baño debido a que tenía la tripa revuelta. Yo comencé a emparanoiarme pensando que a mí también me iba a pasar y no podría hacer nada para evitarlo. Ése fue mi último día en el instituto. El ataque me dio dos días después. Estuve hasta junio esperando para ver a una psiquiatra, quien me recetó el lorazepam y un antidepresivo (estuve un año y medio en depresión pero nunca quise antidepresivos) y también me dio una cita con una psicológica, pero la experiencia fue tan satisfactoria con ella tanto como con los antidepresivos (un 0 como un donut). Nunca quise tomar pastillas, pero el malestar y el miedo continuos, junto a mis ganas de salir de ese estado, me animaron a probar. He olvidado añadir que padecía agorafobia con pánico (de la que me he curado por completo) y ahora tengo un poco de ansiedad, que cada vez tengo menos. Sólo vi a la psicológica tres veces (ella estaba convencida de que mi homosexualidad era el problema, cuando lo es mi infancia, así que decidí dejar de verla) y a la psiquiatra dos (insistía demasiado en que tomase los antidepresivos). Me he curado de la agorafobia simplemente con la ayuda y el apoyo de mis amigos y mi madre; pero, sobre todo, porque a pesar de todos los bajones acompañados de pensamientos como "jamás voy a salir de esta. Nunca podré dejar las pastillas" y los ataques de pánico ocasionales, nunca di mi brazo a torcer. Porque sé que solo es una fase y de todo se sale. Porque soy lo suficientemente cabezona y orgullosa como para querer ganar a la ansiedad y a mi miedo. Pero sobre todo porque ésta no es forma de vivir y yo, al menos, no pienso dejar de perseguir mis sueños y mis metas por cosas que sólo existen en mi cabeza. Actualmente sufro de un poco de ansiedad, pero puedo hacer vida normal sin ningún problema. El lorazepam sólo tomo media por la noche y todo perfecto. Para finalizar, quiero añadir que gracias a videojuegos como The Last of Us y Life is Strange, he tenido la determinación y la fuerza que tanto he necesitado, y mis amigos y mi madre me daban el apoyo, la guinda del pastel. Quiero darle las gracias a la chica a la que amo, a mis amigos, a mi madre, a Naughty Dog, a Dontnod y a mi tío, quien ha sido como el padre que nunca he tenido y tanto he necesitado. Un saludo a todos y os mando muchos ánimos. Recuerda, después de la tormenta, sale el Sol. (Y quiero decir que no soy ninguna adicta al lorazepam ni le apoyo, pero si te ves sin salida, a mí me abrió un portón)
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Hola. Yo llevo siete meses tomando medio lorazepam todas las noches y mi vida sólo ha mejorado. Todo empezó con un ataque de ansiedad a finales de abril. Mi mayor miedo es vomitar desde el ataque. Después de esa desagradable experiencia, tuve que dejar de ir al instituto (tenía 15 años, ahora 16), ya que la simple idea de tener que estar en una habitación encerrada con casi 40 personas durante 8 horas, me aterraba. "Qué pasaría si tuviese ganas de vomitar, o si necesitase hacerlo" pensaba continuamente. El pánico me entró cuando un compañero que se sentaba a mi lado, salió corriendo al baño debido a que tenía la tripa revuelta. Yo comencé a emparanoiarme pensando que a mí también me iba a pasar y no podría hacer nada para evitarlo. Ése fue mi último día en el instituto. El ataque me dio dos días después. Estuve hasta junio esperando para ver a una psiquiatra, quien me recetó el lorazepam y un antidepresivo (estuve un año y medio en depresión pero nunca quise antidepresivos) y también me dio una cita con una psicológica, pero la experiencia fue tan satisfactoria con ella tanto como con los antidepresivos (un 0 como un donut). Nunca quise tomar pastillas, pero el malestar y el miedo continuos, junto a mis ganas de salir de ese estado, me animaron a probar. He olvidado añadir que padecía agorafobia con pánico (de la que me he curado por completo) y ahora tengo un poco de ansiedad, que cada vez tengo menos. Sólo vi a la psicológica tres veces (ella estaba convencida de que mi homosexualidad era el problema, cuando lo es mi infancia, así que decidí dejar de verla) y a la psiquiatra dos (insistía demasiado en que tomase los antidepresivos). Me he curado de la agorafobia simplemente con la ayuda y el apoyo de mis amigos y mi madre; pero, sobre todo, porque a pesar de todos los bajones acompañados de pensamientos como "jamás voy a salir de esta. Nunca podré dejar las pastillas" y los ataques de pánico ocasionales, nunca di mi brazo a torcer. Porque sé que solo es una fase y de todo se sale. Porque soy lo suficientemente cabezona y orgullosa como para querer ganar a la ansiedad y a mi miedo. Pero sobre todo porque ésta no es forma de vivir y yo, al menos, no pienso dejar de perseguir mis sueños y mis metas por cosas que sólo existen en mi cabeza. Actualmente sufro de un poco de ansiedad, pero puedo hacer vida normal sin ningún problema. El lorazepam sólo tomo media por la noche y todo perfecto. Para finalizar, quiero añadir que gracias a videojuegos como The Last of Us y Life is Strange, he tenido la determinación y la fuerza que tanto he necesitado, y mis amigos y mi madre me daban el apoyo, la guinda del pastel. Quiero darle las gracias a la chica a la que amo, a mis amigos, a mi madre, a Naughty Dog, a Dontnod y a mi tío, quien ha sido como el padre que nunca he tenido y tanto he necesitado. Un saludo a todos y os mando muchos ánimos. Recuerda, después de la tormenta, sale el Sol. (Y quiero decir que no soy ninguna adicta al lorazepam ni le apoyo, pero si te ves sin salida, a mí me abrió un portón)